domingo, 8 de junio de 2008

Innsbruck 24/7: La moraleja de un día muyyyy largo


Francisco Ortí y José David López (Corresponsales en Innsbruck)

¿Hay peor manera de empezar un día que pagando una multa? Si alguien lo sabe que me avise, pero aquí en Neustift la seguridad es lo primero. Cielo encapotado (para variar), el madrugón de turno y, para colmo, multazo al canto. Y es que cuando uno quiere arrancarle tiempo al tiempo del que no dispone acaba cometiendo imprudencias que jamás –insistimos en lo de jamás- hubiera cometido.

Todo error tiene su precio. Éste 105 euros, concretamente. Además, del susto que conlleva ver como un policía austriaco de dos por dos te señala el arcén y te manda parar con cara de pocos amigos. Con un inglés académico nos dejó claro que doblar la máxima velocidad permitida no estaba bien visto en Austria. Vaya país más raro y lo decimos porque llega a enervar no poder pasar de 50 km/h en una carretera desierta.

El armario austriaco con placa nos amenazó con 250 euros de multa y la retirada del carnet. En ese instante echamos mano de nuestro kit de inglés de emergencia. Un par de sorrys por ahí, y algunos "I´m from Spain" por allá y la magia se obró. El poli se ablandó y nos hizo un descuento de 145 euros. Ni en Media Markt.

Con un cabreo considerable llegamos a la carpa como cada mañana, donde pronto nos sacaron una sonrisa para hacernos olvidar el mal trago. José Félix Díaz, compañero de Marca, compartió con el resto de cotillas que nos acercamos una obra de arte con Luis Aragonés como protagonista. Con unos altavoces dignos de la ocasión, nos regaló un montaje con hilarantes declaraciones de Luis Aragonés. Desde el sesador de pollos hasta "el negro" Henry, todo tuvo cabida con una afilada ironía.

Para continuar animándonos, logramos unos minutos en exclusiva con Santiago Cazorla. El ya colega Santi se mostró cercano, divertido y con una sonrisa de oreja a oreja por vivir su primera gran experiencia internacional, la que siempre fue su "sueño".

Luego llegó el obligado exilio a la ladera alpina, ya que Luis Aragonés, quien continúa buscando las cosquillas a la prensa, se había empeñado en `codificar´ el entrenamiento con una fina tela fácil de `piratear´. Sin embargo, esto provocó una de las imágenes más curiosas de la concentración ya que los cámaras tuvieron que ingeniárselas entre las montañas para lograr la mejor toma posible de la sesión. ¿Cuál era el `secreto´ de Luis? ¿Lo descubriría su sesador nipón?

Menos gracia le hizo esta decisión a los primeros hinchas españoles llegados a Neustift. Ya sea en caravana tras recorrer miles de kilómetros, o con el Bombo más famoso de España bajo el brazo, ninguno de ellos pudo ver a sus ídolos, pero, aún así, su sentimiento patriótico continuó intacto y más todavía sus ganas de fiesta.

Manolo se llevó a su charanga para animar a los amuermados austriacos en su debut, mientras que otros tuvieron el placer de invitar a los arriba firmantes a una buena dosis de embutido ibérico que despertó la nostalgia en nuestros paladares. Si a eso le sumamos que desde hoy hay birras gratis en la carpa el menú salió redondo.

Moraleja: No todo lo que mal empieza mal acaba.

Foto: http://mata-dor.blogspot.com/

2 comentarios:

miguel diaz dijo...

Desgraciadamente, este año no puedo desplazarmje a la Eurocopa.

Hace dos años estuve en Alemania cuatro dias, durante el mundial, y fui a ver el España Arabia Saudita. Lo de menos fue el partido. El ambiente, el sabor a futbol, el hacer turismo con tu camiseta y tu bandera, el desplazarte de una ciudad a otra con tu banderita de España asomando por la ventanilla, .... Ver los partidos en las pantallas gigantes de las plazas de las ciudades, en los pubs, visitar el lugar de concentración de la selección,... Todo mereció la pena. La próxima vez que vaya, no me saco entrada, solo estar allí ya es fútbol.

un abrazo. miguel

Francisco dijo...

@miguel diaz: Yo estaba un poco exceptico respecto al ambiente en Austria porque en los días previos estaba todo muy calmado, pero en cuanto ha comenzado el torneo todo ha cambiado y cada partido es una fiesta.