domingo, 6 de enero de 2008

Más que un santo

Por Francisco Ortí.-

El Real Madrid se escapa en lo más alto de la tabla y se sitúa a siete puntos de su inmediato perseguidor, que es el Barcelona. El conjunto blanco parece imparable, pero sí hay alguien que puede pararle. Lo malo para el resto de equipos es que el elegido milita en las filas blancas. Se trata de Iker Casillas. El paralotodo Iker Casillas.

Lo cierto es que Schuster no termina de encontrarle el punto al Real Madrid y sus planteamientos se convierten en fracasos, pero tiene la suerte de contar con Casillas, del mismo modo que un equilibrista cuenta con una red por si pierde la verticalidad. Y es que con San Iker bajo palos el alemán se asegura que por mucho que se equivoque el empate a cero lo tiene asegurado.

Ante el Zaragoza, Iker Casillas volvió a deleitar con una actuación portentosa, que rozó lo milagroso y dejó corto el calificativo de San Iker. Fue algo más que un santo. Paró todo lo imaginable y más.

El portero demostró que posee todas las cualidades que debe tener un guardameta y que se conoce todos los recursos. Tiró de reflejos para sacar un cabezazo a bocajarro de Diogo. De agilidad para salvar un disparo a la base del palo de Gabi. De colocación para evitar el gol de Sergio García. Y ganó en el mano a mano a Diego Milito gracias a una sangre fría impresionante.

Diego Milito es un goleador que no necesita presentación. Su currículo demuestra que no perdona ante el marco rival, pero ante Casillas se le hizo de noche. El argentino aguantó, amagó por dos veces, pero el portero no se movió. Iker se mantenía impertérrito ante los engaños del delantero. Cualquiera hubiera acabado cayendo, pero Iker no y le ganó la partida a Milito.

La reacción final de los jugadores fue inequívoca. Cuando sonó el pitido final nadie fue a abrazar a Van Nistelrooy ni a Robinho, los autores de los goles, sino que se formó una nube de abrazos alrededor de Casillas. Él es el gran héroe blanco.

Foto: Goal.com

1 comentario:

Migueel dijo...

Debe de llegar a desesperar el jugar contra él.
Un saludo señores del fútbol.