lunes, 15 de diciembre de 2008

El único escollo del Inter

Por Ander Barroso.-

Italia se paralizó este domingo con el encuentro disputado en el Olímpico entre la Juventus y el Milan. Como se hace en todos los clásicos, véase el Barca-Real Madrid del sábado, los días previos al partido habían estado llenos de hipótesis y visto lo visto hasta entonces, el equipo de Claudio Ranieri partía como favorito, al igual que el de Pep Guardiola.

En estos casos siempre se tiene en cuenta el factor campo. Centrándonos en el clásico italiano, tenemos que sumar a todo lo dicho que el cuadro rossonero no llegaba en una buena situación al partido y la Juve partía como gran favorita. Pero partidos como estos pueden cambiarlo todo y podía pasar cualquier cosa.

Esta vez, pasó lo que tenía que pasar y el Milan sumó su enésimo traspié como visitante. Carlo Ancelotti tiene que estar bastante preocupado, porque la imagen que dio su equipo no fue buena y urge una clara limpieza en el vestuario milanista.

El equipo rossonero hizo aguas en defensa y la Juve llegó con más facilidad que en toda la temporada. Amauri realizó el mejor partido que se le recuerda en Italia y se entendió a la perfección con un fabuloso Del Piero, que está tirando del carro tal como en los buenos tiempos.

El delantero de Conegliano adelantó a su equipo al transformar de maravilla un penalti. El Milan comenzó el partido descolocado y en ningún momento dio muestras de ir a por el partido. Las lesiones de Gattuso y Kaká han hecho mucho daño al equipo rossonero, pero la Juve también tenía bajas y supo reponerse a ellas.

Cuando peor estaban los rossoneros, aparecieron los dos grandes talismanes de este equipo, Ronaldinho y Alexandre Pato. Una gran jugada de la pareja brasileña volvió a poner en tablas el marcador. Pero los de Ancelotti pagaron su falta de concentración un minuto después, con un buen cabezazo de Chiellini que no pudo detener Abbiati.

La Juve se creció con el segundo tanto y Amauri apareció antes del descanso para encarrilar más la victoria. Sin embargo, el Milan volvió a meterse en el partido con un tanto de Ambrosini que tocó en un defensa de la Vecchia Signora.

Podían haberle entrado las dudas a los de Ranieri, pero nuevamente otra oportuna aparición de Amauri acabó en gol. En el tramo final se impuso el físico de los locales, que pudieron hundir más a su rival. No fue así, pero la victoria estaba en el bolsillo. Y con ello se confirma como el gran enemigo del Inter en la lucha por el Scudetto.

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