viernes, 16 de enero de 2009

Un final triste

Por Ander Barroso.-

Ramón Calderón es historia dentro del Real Madrid. El escándalo de la Asamblea ha borrado de la presidencia al hasta hace poco presidente blanco, tal y como preveíamos este jueves. Y es que las acusaciones eran lo suficientemente duras como para tomar la decisión de irse.

El triste final que ha tenido el mandato de Calderón no me sorprende, si tenemos en cuenta que ha ido creándose enemigos debido a que no se ha rodeado de las personas más apropiadas. Ha confiado demasiado en ciertas personas y él ha sido la gran víctima de ello.

Atrás quedan dos temporadas en las cosas no han marchado mal en lo deportivo, salvo los últimos arreones de Schuster, pero Calderón no ha sabido aprovechar la trayectoria del equipo.
No ha estado acertado en momentos decisivos y en más de una ocasión ha estado salpicado con algo poco limpio. Al fin y al cabo, son muchas las cicatrices que tiene el ex presidente merengue.

Sus detractores, los cuáles celebran con entusiasmo su marcha, le reprochan sus promesas no cumplidas (¿Kaká?), el ‘culebrón Robinho’, sus fracasos en las negociaciones por Villa y Cazorla, la poca decisión a la hora de echar a Schuster (el despido ha llegado tarde).

Su hombre de más confianza, Pedja Mijatovic, tiene ahora también los días contados. Con Calderón enterrado, la próxima cabeza que debe rodar es la del director deportivo montenegrino. De hecho, no descarten que su fecha de caducidad esté más próxima que lejana.

Las elecciones llegarán cuando termine la temporada y será entonces cuando el Bernabéu pueda volver a soñar con otro proyecto. Juan Villalonga ha confirmado que se presentará. Y, ¿Florentino? Tiempo al tiempo.

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