jueves, 7 de febrero de 2008

El lado azzurri de Camerún

Por Francisco Ortí.-

Los leones indomables son desde hoy los leones azzurri. Camerún dio un recital de fútbol cínico y defensivo con el que anuló a la hipermusculada Ghana. Los cameruneses, al más puro estilo italiano, se meten en la final de la Copa de África después de protagonizar una primera fase que rozó el suspenso, pero jugando con seriedad en los momentos clave.

Ghana era la invitada estrella a esta fiesta. El ser anfitriona le otorgaba el protagonismo. Camerún no era más que un mero espectador, que acabó reclamando lo que merecía por derecho. Las estrellas negras acabaron estrelladas contra las fauces de los hambrientos leones indomables.

La primera mitad dejó más sombras que luces. El potente despliegue físico de ambos equipos en defensa hacía imposible que la transición del balón fuera fluida. Las pérdidas de balón y las interrupciones se convirtieron en una constante.

Por supuesto, con este panorama las ocasiones brillaron por su ausencia. Un cabezazo desviado de Addo fue el único bagaje ofensivo de Ghana, que vio como Agogo, su hombre más adelantado, estaba totalmente por el buen marcaje del veterano Song.

De Camerún tampoco hubo noticias en ataque. Su dosis de peligro se limitaba a las acciones de balones parados y en ese arte Geremi tiene el monopolio de Camerún. No tuvo desperdicio el misil que lanzó el centrocampista del Newcastle, estrellando el balón con gran violencia contra la misma escuadra.

Ghana se vuelca

Tras el descanso las prisas comenzaron a guiar el juego de Ghana, que convirtió el partido en un acoso y derribo contra el área camerunesa. Kameni no podía ni tomarse un respiro antes las constantes acometidas de los ghaneses y Song debía multiplicarse ante la poca ayuda que le ofrecía Bikey.

El monólogo ghanés parecía no tener fin y ya se mascaba el gol de Ghana. Las estrellas negras lo intentaban de todas las maneras posibles, pero el gol no llegaba. Muntari probó suerte a balón parado. No lo consiguió. Más tarde, Gyan si acertó entre los tres palos, pero la cabeza de Geremi apareció oportuna para desviar el balón a córner.

El campo parecía inclinado hacia la portería de Kameni y el balón sólo rodaba en un sentido. Ghana tenía el partido totalmente controlado. Pero, de repente, apareció un invitado con el que nadie contaba: Alain Nkong. El centrocampista, que apenas había jugado minutos durante el torneo y se limitaba a rellenar dignamente las convocatorias, saltó al campo y se convirtió en el nuevo héroe de Camerún al culminar un contragolpe letal.

Aunque Nkong no estuvo sólo en su aventura de reventar la fiesta a los ghaneses. Contó con la ayuda del gran Samuel Eto´o, hasta ahora invisible, que se inventó un genial pase al primer toque para dejar sólo al voluntarioso Nkong.

A partir de ese momento, Camerún se encerró, más si cabe, en su área, y abusó, todavía más sí, de los balones largos. No hacía falta jugar. Lo importante era defender esa ventaja que tanto había costado conseguir. Ghana, con mucho músculo y escasa imaginación, intentó derribar la defensa camerunesa a base de fuerza, pero el muro ni se movió.

Lo más destacado de los minutos finales fue la expulsión de Bikey, que puede ser calificada como la más tonta de la historia. El defensa, preso de los nervios, empujó con violencia a un camillero, que demasiada prisa para sacar a un compañero que fingía sobre el césped.

Pese a la tontería de Bikey, la defensa de Camerún aguantó estoicamente los minutos finales y se ganó el pase a la final de la Copa del África. Los leones indomables vuelven a rugir con fuerza.

Foto: Goal.com

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