jueves, 18 de septiembre de 2008

Un gol entre el barrizal (0-1)

Por Francisco Ortí.-

Marítimo-Valencia (0-1)

Pese al impracticable barro, la intensa lluvia y las lagunas mentales de Iván Helguera el Valencia ha comenzado con buen pie su andadura en la Copa de la UEFA. Las condiciones climatológicas no invitaban a la práctica del fútbol y el Valencia completó un encuentro muy práctico, con pocos alardes, pero muy efectivo.

Unai Emery estuvo listo en los momentos previos al encuentro y viró sus planes iniciales para plantear un fútbol diferente al que quiere para su Valencia, pero ideal para el estado del terreno de juego. Consciente de que las circunstancias no eran las ideales para jugadores como Mata, Joaquín o Villa, el técnico ché buscó un mayor potencial aéreo con la entrada de Zigic y Morientes.

La apuesta pronto le deparó beneficios al conjunto ché. En la primera ocasión que tuvo llegó el gol. A los 12 minutos, Fernando Morientes recibió el balón en el interior del área y tras dejar sentado a su marcador con un fino regate batió al portero rival con el exterior. Un gol de Killer.

El tanto ché no derrumbó los ánimos del Marítimo. Los portugueses saltaron al terreno de juego dispuestos a plantar batalla y se impusieron a trompicones y con poca claridad. Su ímpetu fue su mejor virtud, aunque no logró crear ocasiones claras de gol de no ser por la inesperada colaboración de Iván Helguera.

El cántabro completó un mal partido, mostrándose muy fuera de forma y concediendo demasiadas facilidades a unos jugadores lusos que pecaron de ingenuidad y no se terminaron de creer que podían hacer daño al Valencia. Helguera incluso pudo ser expulsado cuando agarró a Moutinho tras su enésimo error en la entrega, pero el árbitro no le vio.

En la segunda mitad, el Valencia comenzó ofreciendo mejor imagen y llegando con facilidad al área rival, pero pronto volvieron a imponerse los mayores niveles de adrenalina de los portugueses.

Los ché se relajaron y permitieron al Marítimo soñar con la remontada. Tanto fue así que Marcinho llegó a estrellar un balón un tiro libre contra la madera y posteriormente Guilherme remató libre de marca en el interior del área, aunque con escasa puntería.

Estas dos ocasiones despertaron al Valencia de su letargo. Los de Emery se dieron cuenta de que el trabajo todavía no estaba hecho y las entradas de Villa y Mata terminaron de reactivar el equipo.

Pese a la mejoría del Valencia en los últimos minutos el marcador no se volvería a mover. Tanto Angulo como David Villa dispusieron de claras ocasiones para sentenciar la eliminatoria, pero no estuvieron finos. Lo mejor, sin duda, el marcador y escapar sanos y salvos del barrizal.

No hay comentarios: